El místico....

Para explicar lo que son esta "panda" , nadie mas indicado que uno de los maestros del ateísmo y la guerra sin cuartel contra la ignorancia, la estupidez y la mala fe , aparte de uno de los pocos intelectuales comprometidos y de talla que nos quedan en este pais, Gonzalo Puente Ojea.

Frente al ateo o al agnóstico, todo lo que le cabe hacer hoy al creyente, y lo hace bobaliconamente(...) es invocar la "experiencia", etiqueta bajo la que se esconden todas las falacias de la mente beata(...)


la extrema menesterosidad intelectual de la apologética predominante queda en evidencia en su desesperado recurso a las experiencias religiosas(...)


la huida mística no sólo no es signo de cordura, sino de la decisión de evadirse de las crudas luces de la racionalidad(...)


el impulso místico pertenece al ámbito de lo desiderativo y carece, como tal, de todo rigor epistemológico(...)
su acción se limita a hacer pasar como referentes objetivos lo que solamente son reiteraciones de contenidos mentales de nulo valor noemático pero que proceden de representaciones colectivas acarreadas en la tradición cultural, y de estereotipos ideológicos generados en la vida social.
Las vivencias místicas o extáticas están desde su origen siempre mediatizadas por los materiales de la inercia mental histórica. El místico, que cree ilusioramente entrar en contacto con la inmediatez fundante del ser genuino, se limita a colorear o remodelar esos arcaicos materiales haciéndolos pasar por el filtro de su propia subjetividad  empírica. La entrega a pulsiones híbridas que amalgaman de modo inextricable lo cultural y lo íntimo puede brindar al místico estados afectivos de arrobo gratificante, cegando así la facultad de discernimiento racional y de juicio objetivo, y generando un estado psíquico de transitoria alienación total vivida como el ingreso en el reino de lo transpersonal y último.
La opción por lo místico configura una apologética nihilista(...), las legiones de pseudomísticos (religiosos o no ) que pululan hoy bajo incontables disfraces escenifican, en forma de farsa, la misma filosofía malsana.


Esta indigente situación epistemológica(...), puede ser una de las razones que expliquen que quienes  desean mantener a toda costa una "concepción religiosa del mundo" se hayan deslizado hacia formas más o menos vagas de panteísmo, abiertas a la búsqueda de excitantes experiencias de carácter místico, para lo cual parecen haber encontrado una panacea en las filosofías orientales, eminentemente espiritualistas  y esotéricas. Las prácticas del Yoga, de la meditacion trascendental, del transpersonalismo, del Zen, etc..., se presentan como sucedáneos para fundamentar vivencialmente una interpretación religiosa del mundo en términos indefinidos de "energía cósmica" como referente de la unidad universal del Ser, CREYENDO AL MISMO TIEMPO QUE POR ESTA VÍA CONECTAN CON LA COSMOLOGÍA CIENTÍFICA ACTUAL. Pero estas gentes parecen no percibir que la mera palabra "energía", y el dudoso referente que pretende conceptualizar, resulta "inservible" para cualquier fundamentación religiosa, SI NO ES INTERPRETADA, DE ALGUN MODO, COMO "SUJETO", COMO "PERSONA". 
Un mundo "más allá"  en el que continúen nuestras vidas (en la forma que se quiera), sólo tiene el sentido que un espíritu religioso necesariamente habrá de darle "si"  la "supervivencia" después de la muerte corporal es algo más que una energía genérica, algo que no se fundirá en un "todo despersonalizado".
Otro tanto sucede con con ilusorios conceptos de procedencia oriental (hoy muy en boga), tal como "prana" (energía vital universal)(...), este fantasmagórico modo de pensar equivale a un "animismo sin sujeto"(...)


(...) estos humanistas de hogaño se nos presentan como las verdaderas almas sensibles, abiertas al prójimo, generosas, disponibles para las nupcias espirituales con el gran Todo, con la energía divina del cosmos, a lo que nunca podrán conducir las vías de la racionalidad y la ciencia rigurosa. Son los paladines del alma espiritual como entidad que sobrevuela la materia por encima de la muerte, entidad misteriosa y por eso inexplicable.
Cualquier persona bien informada y objetiva debe admitir que la actual investigación científica de la naturaleza-física y humana- ha descartado toda especulación sobre una dualidad alma-cuerpo o espíritu-materia, como posibles ideas regulativas de su trabajo.La creencia en la existencia de almas o espíritus inmateriales y separables, es decir inmortales, no tiene sitio en el repertorio de hipótesis orientadas a explicar la realidad.

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